Realidad y posibilidad
¿Es buena la creatividad?
Lc. 11, 9-10
Gen. 1,28
La
experiencia creativa, creadora, es la conciencia de la posibilidad. Es
amplitud, descubrimiento, innovación, explosión, despegue... para ir más allá
de la realidad.
La
educación, al hacer cultura, nos saca de las estructuras animales y nos
introduce en las humanizadoras.
La actividad
creadora señala la energía de despegue de la humanidad. La que nos sacó de la
selva. Cada uno de nosotros colaboramos con esa energía o la frenamos, por eso
tenemos que reconocer que todos tenemos una misión creadora. La suerte de la
humanidad depende de que seamos capaces de seguir creando, es decir, de seguir
resolviendo con éxito los grandes problemas que tenemos planteados y que
inevitablemente se nos plantearon. Por eso, el fomento de la creatividad tiene
que ser un asunto de interés en nuestro colegio. Si el colegio es lugar de aprendizaje, hemos de aprender también a crear, hemos de
enseñar a ser creativos.
Si en el
colegio no somos creativos, profesores y alumnos, no tenemos futuro. Alguien ha
dicho: “mañana se dirá: innovo, luego existo”.
Algunos
piensan que la creatividad es un obstáculo para el verdadero aprendizaje y
disciplina en una escuela.
“Crear es un
hábito, pero con frecuencia en la escuela se lo considera un mal hábito”.
Crear es
producir intencionadamente novedades valiosas. No basta con que sean
originales, sino que han de tener alguna cualidad apreciable: la utilidad, la belleza,
la eficacia, la gracia…
Desde un
punto de vista educativo nos importa conocer bien la creatividad general, vital,
cotidiana, que acompaña a toda inteligencia triunfante, sea cual sea su rango y
su especialidad. A todos nos interesa adquirir un estilo personal, una actitud
creativa, una personalidad creadora.
Desde niños
mantenemos una doble relación con la realidad: necesitamos amoldarnos a ella
para sobrevivir, pero queremos transformarla para vivir mejor. Actuamos para
resolver problemas que nos sobrevienen y también para realizar proyectos
que se nos ocurren. Dos palabras parecidas: “ problema” y “proyecto”. El prefijo
“pro” que comparten indican que se refiere a algo que está frente a
nosotros. Bloqueándonos el paso en el caso del problema, y seduciéndonos desde
lejos en el caso del proyecto. El proyecto fija una meta que queremos alcanzar
y plantea un problema: ¿Qué tengo que hacer? Toda actividad creadora puede
considerarse la solución a un problema
- Se es más creativo si se premia la creatividad.
- Educar a alguien para la creatividad es uno de los mejores medios de educarse a sí mismo en esta dirección. No se puede ayudar a crecer sin aumentar la propia estatura.
- Actividad frente a pasividad.
- Expresividad frente a mutismo.
- Invención frente a repetición.
- Descubrimiento de posibilidades frente al síndrome de impotencia adquirida.
- Apertura frente a clausura.
- Independencia critica frente a sumisión intelectual.
- Autonomía frente a dependencia…
¿Qué podemos hacer en el colegio?
Estaremos de
acuerdo en que la escuela debe fomentar la creatividad, pero hasta ahora no
hemos sabido cómo coordinar la necesidad de aprender currículos estándar ministeriales
con la pretensión de estimular la creatividad.
- Quisiéramos formar alumnos con personalidades creadoras y ayudarles a descubrir si tienen algún talento creativo especial.
- “Raspe para ver si hay un premio”.
- Educar para la posibilidad. Somos lo que somos más nuestras posibilidades.
- Si queremos iluminar la imaginación de los alumnos, primeros tenemos que prender la nuestra.