lunes, 24 de diciembre de 2012

NATIVIDAD DEL SEÑOR



FELIZ NAVIDAD
P. Félix Zaragoza
Texto: Lucas 2, 1-14; Juan 1, 1-18
¡Hoy es Navidad! Por eso Paz y felicidad a cuantos sentimos en el corazón el eco alegre del mensaje de la Noche de Dios que proclaman los ángeles: "gloria a Dios en el cielo, en la tierra Paz a los hombres".

La Iglesia proclama hoy dos textos evangélicos diferentes. El evangelio de la misa de media noche es de Lucas y nos relata con detalle, profundidad y casi con mimo, el Nacimiento de Jesús. "Mientras José y María estaban en Belén, a María le llegó el tiempo del parto, dio a luz a su Hijo, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre". Esta alegre noticia se comunica a unos pastores. "Noticia que será la gran alegría para todo el pueblo".

El evangelio de la misa de hoy día está tomado del prólogo de San Juan. Proclama la encarnación de la Palabra creadora y eterna de Dios, que es Cristo. "La Palabra se hizo hombre y puso su casa entre nosotros".

Tanto en un texto como en otro, la encarnación de Jesús, su nacimiento, es el compromiso radical de Dios con el hombre, a quien ama, se acerca y se entrega. Por eso la Navidad es la fiesta del hombre, del hombre nuevo.

1. Celebrar la Navidad en cristiano.
La Navidad cristiana es una celebración y no un aniversario. Nada dicen los evangelios del día y mes del año del nacimiento de Jesús. Pero en todo el mundo lo celebramos hoy, 25 de diciembre, así está señalado en el calendario.

Desde el siglo IV, los cristianos decidieron celebrar el Nacimiento de Jesús el mismo día en que los romanos celebraban la fiesta pagana del solsticio de invierno (24-25 de diciembre). Los cristianos sustituyeron el "astro sol" por el "Sol de Justicia", Jesús.

Así nació la fiesta de Nochebuena y Navidad. El día exacto del Nacimiento de Jesús no lo sabemos, pero eso es lo de menos. Lo importante es lo que ese Nacimiento significa para nosotros.

De ahí que celebrar la Navidad en cristiano es abrir el corazón al gozo de Dios y de los hermanos. Alegría porque Dios entra con su salvación a nuestra historia humana. Alegría de saber y sentir a Dios cercano, a nuestro lado, viviendo entre nosotros, con nuestra propia carne, en la sonrisa de un Niño desvalido y pobre como el que más.

Por eso la Navidad es una fiesta para todos. No es Navidad si la alegría la sienten sólo unos pocos; no podemos iluminar esplendorosamente nuestras plazas y calles principales en la ciudad y dejar en tinieblas la vida de los pobres y marginados. 

Precisamente en el evangelio de hoy aparecen los pobres, representados en los pastores, los primeros en recibir la gran noticia. Desde ellos tiene que alcanzar a todos. La Navidad, por tanto, es para todos para los niños y los ancianos, para los jóvenes y adultos. La Navidad no es sólo para los niños. No infantilicemos la Navidad con contentarnos con repartos de juguetes, “Viejo Pascuero" y regalos. No habrá Navidad verdadera mientras no se realice la liberación que trae Jesús a nuestro mundo; mientras haya hambre, explotación, pobreza, marginación...  Mientras tantos hermanos nuestros sigan viviendo en condiciones inhumanas; mientras tantos niños, aunque reciban juguetes, sigan mal alimentados, faltos de cariño, abandonados.

Por eso, celebramos la Navidad en cristiano siempre que construimos la paz en la familia, amigos, comunidad... Siempre que repartimos amor y cariño a los demás sin esperar nada a cambio; siempre que los niños, los enfermos, los ancianos, los que sufren por cualquier motivo, sienten el cariño de un amigo.

En definitiva, Navidad es cuando la vida de Dios aparece en medio de nosotros.

2. Navidad, fiesta del hombre.
El mensaje del evangelio de hoy, el mensaje de Navidad es de un optimismo esperanzador, porque Dios cree en el hombre. Es Dios el que viene a nosotros. Dios se hace hermano, amigo y compañero de los hombres. Ya no caminamos solos. Dios se nos pone al lado para ayudarnos a avanzar por los caminos de la vida. Dios está en medio de nosotros. El es el Hombre.

No quedaría completo el mensaje de Navidad si afirmáramos tan sólo: Dios se hace hombre para que el hombre llegue a ser hijo de Dios. Hay que añadir: y para que el hombre se haga verdaderamente Humano. Si Dios nace humano, se concluye que vale la pena ser hombre. Por eso Juan Pablo II llega a afirmar que la Navidad es la fiesta del hombre.

Que hoy la sepamos celebrar. Feliz Navidad.